November 5, 2023

¿MUJERES CANDIDATAS? ¡Ánimo valientes!

Por:
Dora Ordoñez

Los inicios son difíciles. No creo exista situación en la que comenzar un proyecto, una carrera, una relación o incluso una simple conversación, deje de generarnos dudas. Es así que al empezar a redactar este artículo no he dejado de pensar en la inteligencia artificial. Vaya, esta disgregación tiene su fundamento, pues la fama que han alcanzado los aplicativos de IA me tentaron a teclear “genera un artículo sobre las mujeres y la política”.

Lo que conseguí fue un texto genérico que recomendaba una introducción, antecedentes, mujeres pioneras como parte del desarrollo del texto, desafíos y conclusiones.

Recordé entonces los incontables documentos y las decenas de charlas que he escuchado sobre el tema.

Es indudable que los hitos históricos que marcaron el inicio de la participación política de las mujeres en el mundo constituyen un progreso en la igualdad. Pero no ha sido suficiente.

Es entonces que procurando atar en la silla cualquier insinuación vanidosa, resolví contar parte de mi experiencia en un proceso electoral. Ahí es donde se concreta la política, ¿no?

Decidí ser candidata (nuevamente enfrentada a la inseguridad de los inicios). Varias dificultades y tantas interrogantes. ¿Con que partido político? ¿Cuál es la base social que respalda el proyecto? ¿Cuántos recursos y de qué tipo son necesarios? ¿Cuál es la prioridad en el plan de trabajo?…

Sin todas las respuestas, después de militar activamente durante diez años en una organización de la que ya no formaba parte (un movimiento político provincial que lo sentía tan propio, pero que tenía dueño), golpeé puertas en un par de oficinas partidistas cuya configuración ideológica no me incite posteriormente al arrepentimiento por principios.

La providencia permitió cobijarme bajo un número. Estaba claro que el tablero electoral tendría varios actores, como claro estaba el hecho de la necesidad de sumar esfuerzos en posibles alianzas. ¡Qué momento tan complejo!

La primera lección aprendida en esta primera etapa es que, aunque lideres una iniciativa, las condiciones no necesariamente favorecen la participación de mujeres de manera prioritaria. En Ecuador la norma obliga la participación equitativa entre hombres y mujeres en las listas pluripersonales y de binomios participantes. Amén de las decisiones que cada organización toma en función de criterios obsoletos, patriarcales, de gerentes propietarios y de un egoísmo que limita en exceso un ejercicio democrático. Señora, a cruzar dedos.

La poca confianza del sistema en la capacidad de las mujeres para enfrentar (literal) la dura contienda, asusta a las mismas mujeres.

En un juego de especulaciones, “encuestas”, reuniones paralelas, descalificaciones y encasillamientos, los plazos de inscripción de candidaturas transcurren. Esto, ante la suspicacia e intereses de dinosaurios políticos, en cuya trayectoria (más de dos décadas en algunos casos) las mujeres participaban para administrar el despacho.

Podría pensarse que, en un país como Ecuador, pequeño en comparación con otros del continente, las decisiones del electorado pueden asumirse homogéneas y previsibles. Sus regiones, aunque cercanas en distancia, muestran un comportamiento dispar en sus emociones políticas, aunque puedan distinguirse contados elementos comunes. Es así, que existen provincias con autoridades mujeres electas por votación popular, como las hay otras en donde se repite el mensaje de que “la ciudad no está lista para una mujer”. Reza la frase popular que no hay peor cuña que la del mismo palo, pues para las mujeres candidatas resulta más difícil convencer al electorado femenino que al masculino. Mucho por educar, mucho por aprender. Este atrevido comentario parte de mi propia experiencia, anticipo las disculpas si se siente antojadizo o generalista. Nada más injusto.

De las deficiencias marcadas que tiene la ley electoral y la práctica de la misma, puedo resaltar el nulo control sobre la obligatoriedad de las organizaciones políticas de crear escuelas de formación. El Estado destina recursos para que éstas sostengan su organigrama y sus obligaciones democráticas. Más de 270 partidos políticos registrados en el país, menos del 5% dirigidos por mujeres.  La pregunta debería ser entonces: si en los procesos de democracia interna no se eligen mujeres para dirigir un partido, o para ser candidatas a alguna dignidad popular, ¿Cómo esperamos tener una participación activa y la presencia de autoridades mujeres en el escenario institucional?

Bien, no podemos desentendernos como mujeres de la voluntad que antecede a toda aspiración personal. Aunque esa voluntad represente nadar contra corriente, caminar en dirección opuesta o mirar por el espejo retrovisor cuando vamos hacia adelante, con visibilidad limitada.

No obstante, no pretendo centrarme en lo incomprensible del proceso. Nada más profundo y espiritualmente enriquecedor que el encuentro con las personas y su realidad. La mirada sensible y de privación de los niños, la solidaridad y la acogida de las mujeres del campo, y la necesidad de los hombres de sostener un terruño tan de ellos, tan propio, tan necesitado.

¡Qué sabremos l@s polític@s de eso!

¡Acaso nos dolieran como propias las carencias de nuestr@s herman@s!

Una campaña electoral corta pero extenuante. Una “estrategia” confiada a los medios digitales y su alcance. Orientada a un electorado novato, disperso, desentendido, exigente y hasta silencioso. No hay predicción estadística para la emoción, para lo novedoso. Un electorado tecnológicamente conectado pero totalmente aislado.

Suelo decir que cuando criticamos a un político, nos aseguremos de tener en casa un espejo. Reflejamos lo que como sociedad somos. Duro, pero cierto.

Entrevistas, reuniones, compromisos, fotos por aquí, bingo solidario allá, recorridos, agasajos, noches que se vuelven día. Sin embargo, todo es posible gracias a los que acompañan y comparten sueños. Cuasi serafines que en la vida están para que podamos apoyarnos.

Es para nosotras muy complicado sostener económicamente una campaña, debemos asegurarnos de que sea austera. Algo así como administrar las finanzas en el hogar: no sobra ni falta, alcanza. Buscar respaldo económico es otra travesía, pues no todos creen que ganarán la quiniela con una candidata. Y este factor resulta determinante. Escuché a alguien decir: “político pobre, pobre político”. Saquen ustedes sus propias conclusiones.

También debemos responder obligatoriamente la pregunta que nos hacen sobre hijos, marido, familia. A los hombres de vida política se les considera “conocidos”, a las mujeres, públicas.

La elección requiere la concurrencia de voluntades y tiempo, de empatía, de confianza, de apoyo y de fortaleza. Hay que entrar en un cuarto de humo y no salir llorando. Reza un escrito que encontré por ahí: “la mujer fuerte nunca es perdonada. Si pierde el control, dicen injustamente que es débil”

Llega el día y el corazón expectante recibe los resultados de la elección: venturosas aquellas que ven reflejado su esfuerzo y trabajo en cada voto recibido. Aquí todo vuelve a ser otro inicio. Por el contrario, si el desenlace es adverso, queda la disyuntiva sobre la decisión de detenerse o seguir…

Y entonces, ¿Quiénes se atreven y levantan la mano?

¡Ánimo, valientes!

Dora Azucena Ordóñez Cueva cuenta con una formación académica destacada. Es Ingeniera Civil, posee un Diplomado Superior en Diseño de Proyectos y un Magíster en Gerencia de Proyectos para el Desarrollo. Además, en el año 2018 obtuvo su título de Abogada.

Su amplia experiencia laboral en diferentes áreas incluye lo siguiente: Subsecretaria Zonal del Ministerio de Transportes y Obras Públicas en Cuenca, Gerente General de la Empresa de Aseo de Cuenca, secretaria Anticorrupción en la Presidencia del Ecuador en Quito, y concejala del Cantón Cuenca en el GAD Municipal del cantón Cuenca, entre otros cargos. Además, ha sido docente en la Universidad Católica de Cuenca y en la Universidad del Azuay, impartiendo asignaturas como Física, Algebra Lineal, Matemáticas, Gerencia empresarial, entre otras. También ha tenido experiencia en fiscalización de obras en diferentes proyectos y ha trabajado como contratista en construcción de obras.

Ha recibido varios méritos y reconocimientos a lo largo de su carrera. Desde el 2 de febrero de 2022, es la directora de la Comisión Internacional sobre Sostenibilidad Empresarial, alineados a los Derechos Humanos, Medio Ambiente y Anticorrupción en Global Compact Women Leaders.

Adicionalmente ha participado en varias conferencias y ponencias a lo largo de su carrera, principalmente en temas relacionados a la prevención, seguimiento e investigación a los casos de corrupción en el Ecuador.

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